Olea europaea L.
OleaceaeEl olivo representa el emblema de la paz en todas las culturas y religiones antiguas de la cuenca mediterránea. Cuenta el mito que, disputándose la posesión del Ática, Neptuno y Minerva terminaron delante del consejo de los dioses, que estableció confiar la región a quien hiciera el presente más valioso. Neptuno, golpeando con su tridente en la roca, hizo brotar una fuente, mientras que Minerva hizo nacer un olivo, con lo que obtuvo la victoria. Desde ese día el olivo estuvo consagrado a la diosa, al mantener de manera pacífica esta divinidad el orden y las leyes.
El aceite de oliva -del latín oleum, del griego elaia- es un producto que, junto al curtido de las aceitunas para su consumo en mesa, dota al árbol de una gran importancia económica. Introducido en España por fenicios y griegos, en época de los antiguos romanos esta región fue una de las más importantes productoras de aceite de oliva del imperio. La abultada masa de mercancías exportada -el vertedero de Roma del Monte Testaccio contiene unos cuarenta millones de ánforas hispanas encargadas de transportar productos ibéricos como el aceite- enriqueció a clanes familiares enteros de la aristocracia hispana.
Los árabes de la Edad Media recuperaron para España, tras la caída de Roma, esa condición de principal exportadora de aceite que tuvo en la Antigüedad. Al-Andalus fue de hecho el primer productor de aceite de oliva del mundo. Tras la llegada de los europeos a América, los españoles introdujeron el olivo en el continente hacia el año 1550, en un ejemplo ahora de plantas del Viejo Mundo que viajan al Nuevo.